La conocí un día hostil, cuando
|
El sol dormía y la luna hacía de vigía
|
La conocí un día hostil, cuando
|
El silencio fue el precio del grito más ruín
|
La conocí un día hostil, cuando
|
Mil misterios florecieron en tu jardín
|
La máscara y la sombra se asombran de ver
|
El cadáver del deber en las playas del placer
|
Eras la gran diferencia en este mundo igual
|
Tu hogar más allá del bien y el mal
|
Cuna y abandono, aleación de amor y odio
|
La integración perfecta entre la nada y el todo
|
Y esa mirada construye lo real
|
Regala sangre al ideal para participar de verdad
|
Anónima ánima, animas la vida
|
La línea más fina que pisa el suicida
|
Eras la gran diferencia, el punto de referencia
|
La licencia de la incertidumbre
|
Eres la gran referencia, el punto que diferencia
|
Mi nombre de tu nombre
|
Eres la gran diferencia, el punto de referencia
|
En el tiempo y el espacio
|
Eres la gran referencia, el punto que diferencia
|
Una vida de victorias o fracasos
|
Oxímorón de carne, perdón por no saberme
|
Perdón por sí saberte sin verte
|
Haces sentir orgullosa a la vida de estar viva
|
De la crisálida encontré mi querida salida
|
Cuando agonizaba la existencia, desangrada de sentido
|
Vino el destino de la mano del azar
|
Coludidos murmurándome al oído: ¡No lo fuerces más!
|
Háblame sin palabras, ténme sin poseerme
|
Imagíname sin razón con los ojos cerrados, mírame
|
Dame la respiración de tu boca, el encarnado beso del dolor
|
Por un amor que nació muerto, déjame decirte adiós
|
La conocí un día hostil, cuando
|
El sol dormía y la luna hacía de vigía
|
La conocí un día hostil, cuando
|
El silencio fue el precio del grito más ruín
|
La conocí un día hostil, cuando
|
Mil misterios florecieron en tu jardín
|
La máscara y la sombra se asombran de ver
|
El cadáver del deber en las playas del placer
|
Eres la caricia violenta que hace temblar al espíritu del héroe
|
La antítesis de Hegel, la razón que no entiende a la razón y cae al desazón
|
Cuidado, viene el hombre que se quiere llevar al mundo
|
Y sólo nos quedan un par de segundos
|
La materia etérea se incinera
|
La angustia se angustia y todo se desespera
|
Tras la cortina de tus ojos
|
Un par de soles negros amenazan con amanecer
|
Esa mirada intensa, da consistencia
|
Da carne y huesos al fantasma del ser
|
Eres el lado oscuro del corazón
|
La más profunda depresión
|
La ultima hoja del otoño, el elan vital
|
La causa primera que deja al mundo empezar
|
Oxímorón de carne, perdón por no saberme
|
Perdón por sí saberte sin verte
|
Haces sentir orgullosa a la vida de estar viva
|
De la crisálida encontré mi querida salida
|
Cuando agonizaba la existencia, desangrada de sentido
|
Vino el destino de la mano del azar
|
Coludidos murmurándome al oído: ¡No lo fuerces más!
|
Hay personas que salvan, que dan consistencia
|
Llenan los huesos del espíritu de carne
|
Dos nadas pueden ser algo, sí…
|
Pueden ser algo
|
¡Pueden ser algo! |