| Raro cómo nos mienten en vivo
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| En la cara aunque se vea el disfraz
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| Nos marean y nos mantienen en vilo
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| No nos muestran nunca la puerta de atrás
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| Mientras tanto peleamos buscando la razón
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| Horas y horas
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| Te impulsan a que vos mismo construyas el cajón
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| Que en cuotas vas a tener que pagar
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| Uno baja sus expectativas
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| Y se vuelve fácil de manipular
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| La memoria, tan primordial como esquiva
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| Es lo único que nos puede salvar
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| Mientras tanto peleamos buscando la razón
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| Horas y horas
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| Otros toman el vino de la especulación
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| Con el que nunca vamos a brindar
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| A los dueños no los nombran
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| Lo que falta es lo que nunca va a llegar
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| La nariz contra la alfombra
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| Ni nos matan, ni nos dejan levantar
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| Y mientras tanto peleamos buscando la razón
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| Horas y horas
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| Otros toman el vino de la especulación
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| Con el que nunca vamos a brindar
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| Y a los dueños no los nombran
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| Lo que falta es lo que nunca va a llegar
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| La nariz contra la alfombra
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| Ni nos matan, ni nos dejan levantar
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| Me niego a que me mientan en vivo
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| En la cara, ya no los quiero ver más
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| Son escudo de quien maneja los hilos
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| No nos muestran nunca la puerta de atrás
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| A los dueños no los nombran y ya no los quiero ver más
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| Que se queden con la alfombra y con la puerta de atrás |